La persistente visión del militarismo y la agresión asociada a Alemania, con la sombra de Prusia dominando sobre su pasado, ha modelado las interpretaciones históricas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el historiador Peter H. Wilson, en su monumental estudio Hierro y Sangre: Una Historia Militar de Alemania desde 1500, ofrece un desafío a esta imagen tan arraigada, trazando un recorrido de quinientos años a través de conflictos y triunfos militares, desde el Sacro Imperio Romano Germánico hasta la moderna Alemania del siglo XXI.
El relato de Wilson no solo pone de manifiesto la ascendencia militar de Prusia y su papel en la unificación alemana, sino que también aborda la complejidad de la historia militar alemana. Desmonta la idea generalizada de que Alemania tiene un ‘genio especial para la guerra‘, al mismo tiempo que se opone la creencia en una ‘Sonderweg‘, o camino especial, que diferencia fundamentalmente a Alemania del resto de Europa en cuestiones militares.
Más allá de la mera narrativa militar, Wilson integra la religión, la política, la economía y otros aspectos de la sociedad alemana, compartiendo una visión más matizada y completa. Y, aunque el militarismo es parte integral de la historia alemana, Wilson demuestra que no existe una tendencia innata a la agresión, sino que es resultado de circunstancias geopolíticas y decisiones políticas puntuales.
A pesar de los horrores nazis, Wilson se niega a presentar la historia alemana como una simple serie de atrocidades, optando por ilustrar la multitud de facetas y contradicciones inherentes a la historia de cualquier nación. La obra desafía la idea de que la violenta conducta en las colonias adquiridas a finales del siglo XIX fue un presagio del Holocausto, insistiendo en que la responsabilidad de tales actos radica en las decisiones individuales y no en un determinismo cultural.
Aunque el nazismo había monopolizado y mal utilizado las instituciones militares para llevar a cabo sus objetivos genocidas, estas instituciones y sus tradiciones no desaparecieron por completo con la derrota de Hitler, como se tiende a pensar. Más bien, la historia militar de Alemania fue redireccionada y reorientada para ajustarse a las nuevas realidades de la era de la posguerra.
Por un lado, en la Alemania Oriental bajo el control soviético, se formó un nuevo ejército, la NVA (Nationale Volksarmee), que aunque adoptó un enfoque marxista-leninista, también mantuvo algunos aspectos de las tradiciones militares prusianas. Por otro lado, en Alemania Occidental, bajo influencia de las democracias occidentales, se estableció la Bundeswehr, una fuerza de defensa cuyo objetivo era proteger al país y contribuir a la seguridad de la OTAN, en lugar de promover la expansión militar.
Estas dos experiencias contrastadas no emergieron de la nada, sino que reflejaron la historia militar de Alemania en nuevas formas. En lugar de representar un borrón y cuenta nueva, la remilitarización en el Este y el Oeste de Alemania implicó una reorientación de la tradición militar existente, con un nuevo enfoque en la defensa y la cooperación internacional. En otras palabras, la Alemania de posguerra, tanto en el Este como en el Oeste, se mantenía profundamente arraigada a su historia militar, pero con un claro giro hacia un papel más defensivo y cooperativo en el escenario global.
Con el eco de los horrores del pasado resonando en el presente, Alemania se encuentra en una nueva encrucijada. La declaración en 2022 de Lars Klingbeil, co-líder del Partido Socialdemócrata, respecto a que Alemania debía asumir un papel de liderazgo en Europa y aceptar la fuerza militar como un instrumento legítimo de su política, ha hecho que muchos alemanes reflexionen sobre la dirección que debe tomar su nación. La agresión rusa en Ucrania ha aumentado aún más la urgencia de este debate.
A pesar de estas tensiones, Alemania ha logrado reorientar su enfoque militar, comprometiéndose a la defensa y la cooperación dentro de la OTAN. En lugar de ser vista como una amenaza, ha demostrado ser un ejemplo de cómo una nación puede aprender de su pasado, transformando un legado de agresión en una postura defensiva y cooperativa.
Hierro y Sangre proporciona un examen detallado y matizado de la historia militar de Alemania que desafía y enriquece las narrativas existentes. A pesar de su detallado análisis, la obra de Wilson resulta accesible y estimulante, ofreciendo una perspectiva única para cualquier lector interesado en la historia militar, las relaciones internacionales o la compleja historia de Alemania y Europa Central.
En medio de la cacofonía de voces que reclaman una Alemania más fuerte y un retorno a la potencia militar, Hierro y Sangre resuena, más que como una advertencia, como una guía. En el actual clima geopolítico, Alemania necesita mirar hacia adelante, hacia un futuro más seguro y estable, sin olvidar las lecciones de su pasado. En ese sentido, Hierro y Sangre es una aportación tremendamente valiosa y necesaria.

Sinclair McKay
Historiador y autor británico especializado en la Historia Moderna de Alemania, ha sido además profesor e investigador en las universidades de Sunderland, Newcastle o Münster. Actualmente es profesor y titular de la Cátedra Chichele de Historia Bélica en el All Souls College de la Universidad de Oxford. Miembro de la Royal Historical Society, su extensa obra le ha valido un reconocimiento internacional y numerosos premios y galardones.